El zoo de la inocencia
Estoy en un pliegue de mi cerebro: tercera circunvolución frontal (circunvolución frontal inferior), en las secciones opercular y triangular del hemisferio dominante para el lenguaje. Las manos de R abren suavemente la cortina. Delante de mí hay un zoológico, un zoologico de afectos que me deja en lágrimas y olvidando toda palabra para decir animales, para decir nombres propios, para no latir. R, habla mientras y/o veo a lo inefable tocarse, olisquearse y correr por los prados del lenguaje. Pierdo el habla y recupero la onomatopeya, el ronroneo.
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